martes, 31 de julio de 2012

Programa SF 25 - Alberto Sileoni - 28 de Julio de 2012



Editorial 28 de Julio de 2012.
Ana y José y la trampa de las respuestas cortas (Por Mariana Moyano)

En la esquina de mi casa dos afiches me avisan que “Un día, Ana fue con su bolsa a hacer las compras” y que “un día, José puso la basura en el contenedor”. ¿Qué es? ¿Quiénes son? Me pregunto con todo derecho y justificación. Todo Amarillo. Es Mauricio. “Ciudad verde. Llegó el día”, dice más abajo el cartelito municipal.
Confieso que me siento un poco estúpida. No lo entiendo. No lo entiendo a Mauricio, ya sé. Lo que quiero decir es que no entiendo los carteles. ¿Llegó el día para qué? ¿Quiénes son Ana y José? ¿Usar la bolsa propia o poner la basura en el contenedor implica qué?

No se pueden responder esas preguntas, pero no porque no tengan respuestas, sino porque la interrogación está mal formulada. Está mal formularla. No son interpelaciones y en tanto eso que no son, no pueden ser objeto de cuestionamientos.

Son nada. Son eso que se dice y que no quiere decir, Que no tiene como objetivo provocarnos un razonamiento sino hacernos pensar que algo ha logrado llenarse de contenido cuando, en realidad, está más vacío que nunca.

Se trata del slogan, esa frase corta, sugerente que hace como que. Que aparenta llevarnos de la mano al nudo de eso que queríamos encontrar, pero que si buceamos un poquitín detrás de la cáscara, nos encontramos con que ahí, no hay nada. Lo que hay, está en otro lado, en lo que no dicen nunca, jamás, de ningún modo y bajo ninguna circunstancia. La honestidad brutal no es para esta derecha, sino sólo para aquella bestial y despiadada que se hace cargo de su conservadurismo, de sus masacres, de sus odios y de sus enemigos.

La de la ciudad de Buenos Aires es una derecha con códigos de medios de comunicación. Rapidito y en fila. Vacío y fácil. Con aspecto entre cool y costumbrista. Que sonríe con liviandad así el mundo esté viniéndosele encima y que hace pública su molestia ante cualquiera que le proponga un razonamiento que tenga una profundidad mayor a los 30 centímetros.
Porque es lo mismo de lo que se esté hablando. Todo puede responderse en una sola palabra, en 140 caracteres y con una frase elaborada con antelación para lanzarla en una conferencia de prensa y que sea el título de mañana a la mañana. No importa si se trata del holocausto, del santo sudario, de la deuda externa, del conflicto en medio oriente o de la historia política reciente de nuestro país.

Lo verdaderamente importante es decirlo fácil, corto, con simpatía y con contundencia. Las fisuras, las dudas, las honestas vacilaciones, los genuinos titubeos y la pausa para tomar envión, de modo que el razonamiento que se quiere expresar surja con mayor claridad, serán consideradas traiciones a la capacidad de respuesta. No se puede fluctuar. No hay permiso para las oscilaciones. Está terminantemente prohibido pretender complejizar el concepto.

El corralito intelectual es feroz. “Pero, Ministro, se lo pregunto otra vez, ¿usted está a favor o en contra de las tomas? Contésteme en una palabra. ¿Sí o no?” Y a prisión. A la celda semántica. Los argumentos, los análisis, los razonamientos y todo intento de complejización o sutileza… a la cárcel.

“Por sí o por no”. “Rapidito. Conteste rapidito que necesitamos los minutos de aire para seguir expandiendo el discurso dominante en dosis homeopáticas de sentidos cortitos, esos que nadan cómodos en palangana”.

El Ministro tomó la ruta larga y no el atajo. “Error”, dice la derecha de la lógica del marketing. “El Che es una remera y Eva Perón es un billete”. “Y que se queden ahí, encerraditos, acotados y contenidos. Y si usted habla más largo, ministro, presidenta, Evita, Che Guevara será el responsable único de que lo saquemos de contexto. No es culpa nuestra. No, no. Es que es así el esquema, el modo, el sistema de funcionar. Rapidito y en fila. Vacío y fácil. Susana giménez con rodete Duarte; Ernesto Guevara asesino y sin debate. Y usted, Ministro de Educación de la Nación, vamos, responda, que yo soy casi como un oficial de policía. Por sí o por no. ¿A favor, o en contra?”

No hay contestación posible, pero sencillamente porque ellos no quieren una respuesta. Sólo quieren instalar la pregunta. Rapidita y en fila. Vacía y fácil. Para que antes que pensamiento haya miedo y antes que razonamiento, reacción.

Maquinitas de repetir vaciadas y sencillitas a las que ellos llaman gente. De eso se trata el robo, el aniquilamiento de la capacidad de ejercicio de ciudadanía. “Las cosas tienen un solo lado y si no te gusta, prendé la televisión y vas a ver cómo a fuerza de repetición, de estereotipos y de banalidades te das cuenta de a qué lado nos estamos refiriendo”.

“Porque, mi querido vecino, nuestro trabajo es que usted haga las compras con su propia bolsa y que, a lo sumo, tire la basura en el contenedor. No vaya a ser cosa que se ponga a pensar acerca de qué lugar ocupa usted en el cuentito de la democracia. No sea cuestión de que esas remeras o esos billetes se le corporicen y le pongan ideas locas en su cabecita. No vaya a ser que participe, discuta, debata, se encuentre, razone, milite y cambie las cosas y un día deje de ser vecino para convertirse en ciudadano organizado”.

“Haga como Ana y como José. Piense que un gesto bobo lo convertirá en protagonista de una imagen que recorrerá todos los barrios. Sueñe con eso. Planee bajito. Piense cortito y responda fácil. El resto del trabajo, lo hacemos nosotros”



lunes, 16 de julio de 2012

Programa SF 23 - Anibal Fernandez - 14 de Julio de 2012



Economía de derecha y marketing: ¿El rey no estará desnudo?
Por Mariana Moyano

14 de julio de 2012

Lo confieso para compartirlo y también a modo de exorcismo: a mí lo que más me sorprende es que no se les mueve un músculo. Dicen “salvataje” y “rescate” con una soltura que pareciese que todos compartimos sin grietas ni fisuras el significado de eso de lo que estamos hablando.

Salvar. Nada más generoso que tender una mano y más aún cuando alguien está en las últimas. Rescatar. ¿Qué puede ser más solidario que brindar una ayuda a alguien que no puede más?

Pero no es eso de lo que estamos hablando. No es eso de lo que yo, al menos, estoy hablando. No sé de qué hablan ellos. O, mejor dicho, sí que sé de lo que están hablando. Pero todo se confunde.

Y propios y ajenos le dan al tema. Que sí, que está bien. Que no, que está mal. Que así no se hace. Que si lo otorgan a España. O si lo solicita Grecia.
Y yo miro. Y siento como si una multitud discutiera sobre lo harapiento o lo elegante que es el traje del monarca, cuando en realidad, lo que yo veo, es a un rey que está completamente desnudo.

Porque aunque a ellos no les mueva un músculo, a mí, la furia y la razón me indican que no se trata ni de vociferar las bondades del rescate o de escudriñar hasta encontrar el máximo de los perjuicios del salvataje. De lo que se trata es de decir con todas las letras que la claridad permita -porque primero se comprendió- que lo último que en este momento se está haciendo es salvar a un país o rescatar a un pueblo.

Es inevitable que la vocecita de la historia reciente de Argentina me hable. Es como el blindaje, suena a sólido, pero pareciera que justamente por eso, se desvanece en el aire.

Decía Raúl Scalabrini Ortiz que “cuando alguien no entiende algo de economía, no es que le falte inteligencia, sino que lo quieren embromar”. Es decir, antes, los tecnicismos reemplazaban a las explicaciones para que nosotros, los destinatarios y pagadores de esas medidas económicas, no pudiéramos descubrir ni el más mínimo detalle de cómo iba a ser nuestro camino al matadero.

Por el mismo rumbo argumentativo tomó Don Arturo Jauretche. Con lo que no contó el primer gran deconstructor del discurso dominante, es con que un día, la derecha económica le iba a agregar a su economía de derecha, el marketing.

Así fue que llegamos a estos tiempos en que sí entendemos lo que nos dicen. Eso que enuncian es diáfano, límpido, transparente y palmario. El problema –la catástrofe, bah- es que eso que nombran no tiene ni un milímetro de conexión con la acción que llevarán adelante.

Porque ahora, cuando al procedimiento lo bautizan, se ocupan de que a la maniobra no se le vea la costura y que el nombre del asunto sepa a noble, a sólido, a esclarecido, a superior.
Pero así como cuando dijeron blindar supe que de protección, de defensa, lo que se venía no tenía nada, sé que tampoco hay ni un poquito de redención a esto que le dicen rescate.

Por eso, a diferencia de sólo enfrentarla, por estos tiempos, a la derecha económica y argumental, primero hay que traducirla. Desarmarla, descuartizarla, desajustarla y desacoplarla. Exprimirla hasta sacarle toda la idelogía posible. Desmenuzar la palabrita, descomponer la operación, desarticular las excusas hasta desbaratarles por completo el razonamiento con que nos quieren convencer que lo de ellos no es político. Es sólo técnico.

Porque el poder tiene ese gesto, ¿vieron?. Se mueve displicente y con la expresión superada de quien se sabe imitado y admirado. Ellos no gesticulan. Son medidos, prudentes. No gritan. Se esfuman. Siempre lo suyo es en positivo e inocente o inocuo.
Porque el poder tienen ese porte. De instalar su porque sí, como verdad absoluta.
El poder tiene ese don: de que nadie los señale porque nadie los conoce. El mote de poderoso se lo colocan a otro, mientras ellos ejercen, sin mirar y sin ser vistos.
Pero por estas pampas algo aprendimos. A fuerza de volar por los aires, de explotar como Nación; de estallar como pueblo, un día una rueda disinta empezò a rodar. Y alguien habló más fuerte. Y se cayó una venda. Y el de al lado vio lo mismo. Y dijeron adelante. Y de chucearlos, saltaron. Y de saltar, se nombraron. Y de nombrarlos, los vimos. Y de verlos, los conocimos. Y de conocerlos, los enfrentamos. Y el rey estaba desnudo y nos animamos, aùn màs.
Palmo a palmo es la contienda. Por la interpretación y por los modos. Por la lógica y por las formas.
Para resignificar, para repatriar nuestras palabras. Para quitarles el disfraz a los que siempre estuvieron y entender las ropas nuevas de los que ahora se fueron.
Militar hasta la semántica, la coma y el adjetivo.
Disputarles el sentido, el común y el exclusivo.

jueves, 12 de julio de 2012

Programa SF 22 Claudia Acuña 7 de Julio de 2012


Editorial.
Por Mariana Moyano.

El desprevenido, solito e indefenso cree que estamos locos.
Las cabezas paranoicas y los “militantes de las teorías conspirativas” sabemos que
De que está en marcha, no hay ninguna duda
¿Qué cosa?
La operación
¿Cuál?
La de deslegitimación, esmerilado y desgaste institucional
¿Con qué tema?
Bueno, ahí la cosa se pone compleja. Es menos sencillo de describir y, por qué no, de
detectar.
Viene por palabra u omisión
Por arriba y por abajo
Por el costado esperado y por el otro también
Cambia de cara, de nombre, de eje.
No es tan de frente
Y si uno lo denuncia demasiado gasta la palabra que utiliza para el señalamiento al
punto de volverla funcional a quienes preparan el territorio.Y un término que fue
poderoso corre el riesgo de volverse banal.
Son los medios, dice uno
Y, si, son
Pero no es una respuesta que describe acabadamente la coyuntura.
Porque son los medios
Pero
es el dólar
Es Cañuelas
Son las embarazadas víctimas de un disparo
Es la llegada del Estado Nacional incluso con Fuerzas Armadas a los barrios y pueblos
Es el aguinaldo que no paga Scioli
Es un paro por un reclamo legítimo
Son las trabas a las importaciones
Es el cierre de una fábrica
Es el crecimiento un poco desacelerado
Es el nombre que se pone al acontecimiento, pero también la cuota de verosimilitud que
ese acontecimiento posee
Doble, entonces, la operación de desmontaje. Doble el tiempo que nos lleva desarmar.
Doble el tiempo que ganan en terminar con un montaje para empezar a armar el
siguiente.
Son los medios, insiste otro
Y sí, son
Porque ellos esperan con los brazos abiertos la materia prima que les permita darle la
última puntada a la creación del clima que más los favorece y en el que menos se nota
su participación.
Pero también son los proveedores del ingrediente que le permite a la corporación
mediática disparar directo al blanco del objetivo compartido.
Las cabezas paranoicas y “militantes de las teorías conspirativas”, nunca
olvidaremos que para que un diario haya podido afirmar que “De un lado estaba el
drama de la vida al intemperie y del otro la necesidad de conservar un espacio público” y para
que haya podido escribir que “la violencia y la xenofobia terminan de configurar la escena”.
tuvo que haber primero una toma de un Parque, el Indoamericano
Las cabezas paranoicas y “militantes de las teorías conspirativas” tampoco perderemos
de vista jamás que la mano de obra desocupada de la provincia de Buenos Aires hizo
aparecer el cuerpo de Axel Blumberg el mismo día que Néstor Kirchner abría las
puertas de la ESMA y pedía perdón en nombre del Estado.
Porque no hay nada más eficiente para acrecentar el poder de fuego de la operación, que
una porción de verdad. De ese modo, esos medios que propalan la campaña tienen algo
de lo que sostenerse. Un hecho que invalide otro con tan sólo presentarlo y sin darle
conexión entre sí. El círculo lo cierra el desprevenido o el indefenso creyendo que fue él
solito quien llegó a la conclusión.
El desprevenido, solito e indefenso se enteró:
El Sábado, que el aguinaldo se pagará en cuatro cuotas
El Domingo, que militares fueron enviados a las villas y los barrios
El lunes, que otra embarazada está grave luego de que le dispararan
El martes, que hubo un feroz crimen en Cañuelas
El Miércoles, que se paralizan las obras públicas en la provincia de Buenos Aires
El Jueves, que los bancos fueron obligados a dar préstamos a empresas
Y el Viernes que Monte Grande y Caballito se suman a los pedidos de más seguridad.
Las cabezas paranoicas y los “militantes de las teorías conspirativas” no sabemos cómo
hacerle entender al solito, desprevenido e indefenso que hay hechos y presentaciones de
esos hechos que lo único que quieren es que él siga solito, desprevenido e indefenso.
Nosotros, los militantes de las teorías conspirativas con nuestras cabezas paranoicas no
sabemos cómo hacer para llamarle la atención. Y lo cierto es que tenemos poco respiro.
Salvo por algunas más que bocanadas, ráfagas de aire puro que traen consigo una
condena de 50 años y la certificación por parte del Estado de que esas a las que tildaban
de paranoicas y conspirativas no estaban más que en lo cierto cuando decían que aquí,
no hubo ni errores, ni excesos ni casos aislados sino un plan que sólo pudo ocultarse
mientras hubo muchos solitos, desprevenidos e indefensos.

martes, 3 de julio de 2012

Programa SF 21 - Horacio Ghilini 30 de Junio de 2012


Editorial Sinonía Fina del 30 de junio de 2012
El plano corto (Por Mariana Moyano)

Siempre me impresionó y –confieso- me asustó el poder de fuego, el nivel de penetración y de construcción de verdad que tiene el plano corto. Es una herramienta, un arma de enorme capacidad de penetración y fijación de conceptos. No me refiero sólo al zoom de la cámara, sino al gran movimiento ideológico que eso implica: hacer foco en algo o alguien y quitarle contexto y alrededores, de modo que todo eso que no se ve lo sugiera
la maquinaria que no descansa, la que permite que alguien sea asesino y luego voz de autoridad; un violento y después una referencia; una fuente de enorme credibilidad y un tiempito más tarde un polémico funcionario. No me gusta el plano corto: es un cuentaganado pero de costillas; es la lupa sobre una frase, una foto,una acción quitada de todo marco histórico algo que termina no diciendo nada del protagonista y mucho de quien arma el escenario. Hay alguien que siempre me llamó la atención y en este sentido y por esas operaciones a las que me refiero me sirve de excusa para abordar un complejísimo momento y para ejemplificar la operación: me refiero a Gonzalo “Patón” Basile. Todos lo han visto, pero quizás sólo algunos recuerden el nombre de ese rostro que conocen. Me refiero a ese boxeador altísimo con su cara casi por completo tatuada y que funciona como adlater de Pablo Moyano. Es el orgullo de camioneros en el ring y es carne de cañón para todo el prejuicio de clase que anda por ahí. Como digo, es alguien que siempre me llamó la atención. Cuando habla transmite hasta cierta ternura infantil. Parece tímido y no puede ocultar la fascinación ingenua que siente por las cámaras de TV. Eso la hace débil y utilizable. En marzo de 2009, Morales Solá escribió: “Cristina Kirchner llamó a no cortar las rutas del país con palabras que podrían ser homologables por cualquiera que lo haya hecho con coherencia. Pero nada dijo de las tropelías que ese mismo día cometían en las calles de la Capital los camioneros de Moyano, que juegan con los revólveres hasta en los tatuajes más visibles. 8 de marzo de 2009 “Con los revólveres HASTA en los tatuajes”. Ingenioso y perverso juego semántico: no escribió EN los tatuajes, sino HASTA en ellos. Es decir, había armas cargadas y dibujadas, se sugiere. Con una sola preposición nos lleva a los enfrentamientos entre Camioneros y la UOCRA en San Vicente. Plano corto, una sugerencia y listo: una verdad es instalada: los sindicatos están llenos de violentos. Ese mismo fin de semana, el 6 de marzo, Clarín había publicado en tapa una foto en la que se veía a Pablo Moyano y detrás a un hombre que en su sien tenía tatuada una pistola. El epígrafe decía: Pistola tatuada: un manifestante y Pablo Moyano ayer en Constitución.
En esos mismos días, a través de una nota de Perfil, pudo saberse que este personaje, Gonzalo Patón Basile tiene 120 tatuajes:la virgen Desata Nudos, San Expedito, Cristo, sus hijos, su mujer, una estrella, mariposas, lunas y a Bart Simpson. Ninguna de estas otras imágenes mereció el zoom. El plano corto fue sólo sobre la pistola, Obvio. Por supuesto. Claro. Si de lo que se trataba era de demonizar al entonces más malo entre los malos, el líder de la CGT. Ya está, paso 2 listo: a fuerza de reiteración, un prejuicio adquiere cuerpo de verdad. Llega y se queda. Me refiero a algo que Casullo, el enorme Nicolás CAsullo explicó así: “El mercado global mass mediático va instalando la idea de que su lógica no contiene derechas ni izquierdas, ni contenido sustancial (...) La prédica política nace en el factor ser: repetición, acumulación, ‘continuará’, lenguaje de cámaras rectoras, primeros planos, construcción cotidiana de una nota que admite ‘toda’ deriva, cualquier enunciación, cualquier exabrupto, cualquier referencia impactante, muchas vueltas de tuerca siempre sobre lo mismo: armado y edición”. Hoy, este personaje que si no sirviera tanto a la operación en marcha sería apenas folklórico es mencionado por estos mismos medios como “militante” y con un cinismo digno de ser estudiado escribieron: “frente mismo al escenario, ante Hugo Moyano, alto, tatuado y con la firmeza de una esfinge, el Patón Basile, boxeador y lealísimo a su gremio y a su jefe” Estábamos frente al único caso en el mundo en que un procedimiento no médico y sin bisturí pero de gran contenido político corporativo podía borrar de un plumazo no sólo un pasado sino también un tatuaje. Porque cuando el objetivo lo tienen claro, ellos pueden hacer desparecer hasta lo hecho por una aguja con tinta sobre la piel. Me parece que no me equivoco si digo que una daga atravesó a muchos por estos días. A todos aquellos que el mote de enemigo se lo tenemos dedicado a los que mueven los hilos y no a la materia prima ocasional. Con un ojo en esta herida y el otro en la Patria Grande que tiembla, vimos cómo trabajan los que quieren que más temprano que tarde este momento Suramericano se desmorone. En los golpismos de ahora no hay ruido a sable, hay menos pólvora, y los hilos no se ven sino sólo a contra luz. En una semana llena de paranoides, gorilas, gritones, advenedizos, resentidos, sacados, odiadores, cínicos, operadores, operados, ciegos, temerosos, tironeados, mezquinos y aprovechadores, sól0 tenemos una invitación para hacerles: Abrir el plano, intentar ver y contar la película lo más completa posible. Sacar el foco de la particularidad y ver qué hacen no sólo los que aparecen en primer plano sino sobre todo, todos los que NO. Porque como escribió una vez nuestro invitado de hoy: “Cuando nos obligan a mirar para otro lado, quiere decir que hay un lado que no desean que mire”.