lunes, 30 de noviembre de 2015

Programa SF 185 - Arnaldo Bocco y Emilce Moler - 28 de Noviembre de 2015

De la poesía urgente y del prontuario. 
por Mariana Moyano
Editorial del 28 de noviembre de 2015

Tenía elaborada una extensa columna sobre el gabinete que asumirá con Mauricio Macri este próximo 10 de diciembre. Sobre el curriculum, itinerario, trayectoria o prontuario –según el caso- de la mayoría de quienes serán la primera línea del próximo presidente PRO.
Tenía escrito un texto en que daba cuenta de los pasados empresariales de los futuros ministros y cómo en Pegasus, General Motors, Shell, Arcor, JP Morgan, Hewlett Packard, LAN, Confederaciones Rurales Argentinas, Sociedad Rural e IBM se formaron para ser y hacer lo que son y hacen hoy, y lo que harán al mando de la Argentina que viene.
Tenía pensado meterme en el detalle de las 843 causas judiciales, los 9 procesamientos que acumula el gabinete post 10/12 y en las 214 causas y el procesamiento firme del presidente electo.
Estaba en mis planes detallar:
Que el futuro titular de Energía, Juan Aranguren, fue CEO de Shell y que lo ponen a él a decidir sobre YPF.
Que Alfonso Prat Gay, el que se sentará en Economía, fue el manejador de los millones de Amalia Lacroze de Fortabat, que prestó el mismo servicio al grupo Supervielle y que la titular de este emporio aparece en el listado de las 4040 cuentas ilegales de argentinos, con u$s 19,6 millones en Suiza, sin registrarlos previamente en la Argentina.
Que Carolina Stanley –la futura reemplazante de Alicia Kirchner- es hija de Guillermo, quien fuera presidente del Citibank y uno de los principales accionistas del fondo de inversión DyG. Es dueño -así que ella también- de Havanna y Fenoglio, entre otras decenas de inversiones que incluyen la llegada a la Argentina de Pizza Hut, Wendy’s y Kentucky Fried Chicken.
Que ella no suspendió sus vacaciones de fin de semana largo cuando el tornado de 2012 y que nunca pareció importarle la ley 1770 que desde 2005 obliga a la ciudad a urbanizar varios sitios porteños y que hace apenas un par de años a unas familias que ocupaban un predio, una funcionaria suya, Marina Klemensiewicz, les dijo sencillamente “intrusos” y los vinculó livianamente con el narcotráfico.
Que Francisco Cabrera, el jefe de la Fundación Pensar, viene de ocupar asientos importantes en el HSBC (la canaleta por la que se fueron los millones que manejó Prat Gay), el Grupo Roberts, los diarios La Nación, Los Andes y La Voz del Interior y Máxima AFJP, un fondo de jubilaciones y pensiones que en los noventas no escatimó en regalar durante un almuerzo una poco accesible –en ese entonces- notebook a cada uno de los periodistas que cubrían el traspaso de los fondos del reparto a la patria privatizada.
Que Patricia Bullrich, la llamadora compulsiva de Alberto Nisman, es la misma ex Fernando De la Rúa´s team que arrancó a docentes y jubilados el famoso 13% de sus haberes.
Que el otro Bullrich del futuro gabinete, Esteban, es el de las aulas container.
Que la nueva canciller, Susana Malcorra, es una señora muy importante de las Naciones Unidas, pero que también fue quien en 2001, mientras era gerenta general de Telecom y –a tono con su ahora colega en el futuro gabinete- también recortó un 10% de los sueldos de los trabajadores telefónicos y que no le tembló el pulso para, en el conflicto originado por estas podas a los salarios, cesantear a 413 laburantes.
Por aquellos días, el secretario general del FOETRA porteño, Osvaldo Iadarola había dicho que "Telecom aprovecha la recesión, no es una pyme y a pesar de la crisis sigue dando ganancias: entre 1993 y 2000, Telecom ganó 37.277 millones de pesos y sólo en 2001 obtuvo ganancias por 352 millones".
Vaya ciclos históricos los de la Argentina y vaya botones de muestra que nos va dejando el recorrido de nuestro país: casi en el mismo momento en que Macri anunciaba el nombramiento de esta dura pro patronal de Telecom en pleno 2001, el hasta dentro de poco oficialista bloque del Frente para la Victoria, con algunos aliados circunstanciales, le daba sanción a una ley que permite, justamente, que los trabajadores telefónicos participen de las ganancias de las empresas. “Cambio es el nombre del futuro”, había dicho Néstor Kirchner. Macri parece llegar para cambiar lo cambiado.
Estaba en mis planes contar:
Que Ricardo Buryaile, el futuro titular de Agricultura, tiene en su haber aquel famoso “si no se discuten las retenciones deberíamos cerrar el Congreso”, durante la dura batalla por la 125 y el salario como diputado embargado por expediente 659 del juzgado en lo civil y comercial N° 1 de la primera circunscripción judicial de la provincia de Formosa.
Que quien reemplazará a Teresa Parodi fue un decisor de Planeta y Random House y lo hicieron partir de esta última editorial en términos no muy amigables luego de que él se comportara a lo Charly García en un hotel del exterior, aunque sin el aguante y la creatividad del músico. Y que entre otros de sus talentos se encuentra el haber escrito en su cuenta de twitter que: su golpe preferido fue el de 1955, que Juan Cabandié es un legado de daño que le dejaron a la Argentina los militares y que la dictadura es algo irrelevante.
Que el referente en salud y nutrición del presidente electo, el dinosaurio llamado Abel Albino, dijo esta semana que “el preservativo no sirve para prevenir el SIDA”.
Que periodistas de la talla de Alfredo Leuco y Fernando Bravo sostuvieron ante micrófonos que había que aplicar la “política” y el “sentido común” y no la ley, y desde sus criterios remover a Martín Sabbatella de la AFSCA y a Tristán Bauer de Radio y Televisión Argentina, aunque sus mandatos venzan recién en dos años, y a la Procuradora Alejandra Gils Carbó, aunque desplazarla sea inconstitucional.
Que la Corte Suprema de Justicia de la Nación decidió declarar inconstitucional la “detracción del 15 por ciento de la masa de impuestos coparticipables que realiza el Estado nacional desde 1992 para financiar a la Anses. El máximo Tribunal ordenó a las partes involucradas a convenir, dentro de los próximos 120 días, la forma y los plazos para reintegrar a Santa Fe, San Luis y Córdoba la suma retenida entre 2006 y 2015 más los intereses correspondientes y que de acuerdo a datos preliminares del Palacio de Hacienda los tres casos acumularían una ‘deuda’ por más de 90 mil millones de pesos, un monto que enciende señales de alarma para la sustentabilidad del sistema de la seguridad social, ya que uno de cada seis pesos con los que cuenta la Anses para su operatoria, desde el pago de jubilaciones hasta la cancelación de las sentencias judiciales, provienen de los impuestos coparticipables” y que esta decisión “impactaría, en el mediano plazo, sobre la movilidad de los haberes jubilatorios, ya que una parte de la fórmula utilizada depende de la evolución de los próximamente menguados recursos tributarios del sistema”. (Datos de Nota Página 12 del miércoles 25 de noviembre)
Que a menos de 24 horas del 51% de Macri, el diario La Nación, la vocería de los implicados en crímenes de lesa humanidad, puso sobre la mesa su pliego de condiciones para que no se avance sobre la autoría civil de los crímenes, a través de un editorial en el cual, en quinta y a toda velocidad, pidieron que se terminen los juicios y que los acusados mayores cumplan las condenas en sus hogares.
Una ráfaga de aire fresco, que incluyó la reacción popular, política, de personalidades de fuste y hasta de los propios trabajadores de La Nación detuvo (por ahora) el olor nauseabundo que venía junto al pedido. Y como casualidad pertinente, la Justicia de Bahía Blanca condenó en el momento preciso y en el lugar exacto a prisión perpetua a 18 ex integrantes de la Armada y a entre 8 y 18 años a otros cuatro miembros de esa fuerza por, precisamente, crímenes de lesa humanidad y decidió, además, que La Nueva Provincia -otro diario actor diario en la creación de escena para que la muerte pasara desapercibida luego del golpe- publique en sus páginas la sentencia completa.
Tenía escrito de todo. Pero a mitad de semana un texto del dramaturgo, director teatral y docente Alejandro Robino llegó a mis ojos, me sensibilizó el cuerpo y ocupó gran espacio en corazón y cabeza. Así que hice a un costado todo lo que tenía elaborado y me quedé con su texto. Porque –me dije- aún no pasó ni una semana y no hay que aventurarse torpemente, sino prepararse muy bien para lo que viene.
Así que me tomé en serio sus “INSTRUCCIONES PARA CAPEAR EL MAL TIEMPO” y decidí hacer propio su relato:
“En primer lugar –nos recomienda-, no se desespere y en caso de zafarrancho no siga las reglas que el huracán querrá imponerle. Refúgiese en la casa y asegure los postigos una vez que todos los suyos estén a salvo.
Comparta el mate y la charla con los compañeros, los besos furtivos y las noches clandestinas, con quien le asegure ternura.
No deje que la estupidez se imponga. Defiéndase. A la estética, ética.
Esté siempre atento. No les bastará empobrecerlo y lo querrán someter con su propia tristeza.
Ríase estentóreamente. Mófese: la derecha está mal cogida.
Será imprescindible cenar juntos cada día hasta que la tormenta pase.
Son cosas simples, sencillas, pero no por ello, menos eficaces.
Diga hacia el costado buen día, por favor y gracias. Y la concha de tu madre cuando lo soliciten desde arriba. Tírele con lo que tenga, pero nunca solo. Ellos saben cómo emboscarlo en la desprevenida soledad de una tarde.
Recuerde que los artistas serán siempre nuestros. Y el olvido será feroz con la comparsa de i
mpostores que los acompaña.
Todo va a estar bien si me hace caso. Sobreviviremos nuevamente, estamos curtidos. Cuidemos a los pibes que querrán podarlos.
Sólo es menester bien pertrecharse y no escatimarnos amabilidades.
Deberemos dejar a mano los poemas indispensables, el vino tinto y la guitarra.
Sonreírles a nuestros viejos como vacuna contra la angustia diaria.
Ser piadosos con los amigos. No confundir a los ingenuos con los traidores.
Y aún con éstos, tener el perdón fácil para cuando vuelvan con las ilusiones forreadas.
Aquí nadie sobra. Y eso sí, ser perseverantes y tenaces, escribir religiosamente todos los días, todas las tardes, todas las noches.
Aún sostenidos en terquedades si la fe se desmorona. En eso, no habrá tregua para nadie.
La poesía les duele a estos hijos de puta.

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