jueves, 22 de agosto de 2013

programa SF 80 - Jorge Ferraresi y Maria Pia Lopez - 17 de Agosto de 2013


Suplentes.
por Mariana Moyano
Editorial del 17 de Agosto de 2013 

Probablemente porque algo del noventismo nos ha quedado incluso a los periodistas que lo padecimos sobre el lomo y no de la boca para afuera, a las seis menos un par de minutos ya estábamos hurgando en esa página mágica de internet que no sólo brinda los resultados en un minuto a minuto vertiginoso, sino que para bien de la soberanía ciberespacial el punto gob ya es con la b larga. Actualizar, actualizar y actualizar y los resultados iban llegando. Localidad a localidad; provincia por provincia; total país.

Para nadie será ninguna revelación y ninguno vivirá como una confesión que diga que los números que iban apareciendo no eran los que deseaba. Pero para quienes han tenido la gentileza y la amabilidad de escucharme y/o leerme con algún grado de atención, tampoco será una novedad si digo que si algo no me cooptó fue la sorpresa. Quienes conocen estos textos semanales saben que no suelo auto citarme, pero para prueba de lo que digo están aquellas dos columnas “El medio pelo versión 2013”, del 13 de julio y “Peronismo Ottinger”, de la primera semana de agosto. No creo merecer el calificativo de analista política, pero sé que no peco de soberbia si afirmo que poseo una dosis más o menos justa de intuición, olfato, curiosidad, capacidad de escucha, mirada aguda y la cuota necesaria de paranoia como para anticipar en alguito de qué viene el clima y el humor ciudadano.

Debe ser por eso que no me invadió la furia, sino la ratificación. Escuché en los días posteriores autoflagelaciones que dejaban heridas terminales; desbandes no sólo exagerados sino aviesos de quienes no esperaron ni al escrutinio definitivo para rajar; calificaciones y diagnósticos de situación de quienes observan desde un afuera bochornoso porque hasta hace apenas segundos eran los estandartes del proyecto del gobierno; autobautizados analistas políticos que de tanto pifie propio buscaron hasta vínculos extraterrestres para explicar el motivo de su error de cálculo; y, por supuesto, los canallas, oportunistas, manipuladores y enemigos de siempre, claro.

Dicen que para la muestra hay que buscar el botón. Bueno, hagámoslo. El Joaquín nuestro de cada día tituló rotundo: “El fracaso de la Presidenta” y sazonó su texto con aseveraciones del tono “empeoró fracasos”, “no funcionó el clientelismo” y “una soberbia que dejó a la democracia sin alma”. Exagerado, rococó y florido como es siempre le dio a la pluma y se sumó –por supuesto- al coro de los que demandan que una transición comience en este preciso instante. O no, mejor que hubiese comenzado en el minuto uno luego de finalizado el horario de sufragio. 18:05 era una hora prudente, según ellos, para que Cristina dejara la Casa Rosada. Quizás, en un gesto de generosidad republicana podían, por el consenso, obvio, darle hasta las y cuarto. Es todo ya tan evidente que da fiaca, pero hay que hacerlo. Y bueno, lo hice.

El juego era obvio; la dejaban picando, así que cabeceé: me fui al arcón de los papeles viejos (o a Internet, para el caso es lo mismo) y revolví. ¿Y qué encontré? Que en 2011 ni ese Joaquín ni el otro Eduardo que tira con la misma munición desde la otra esquinita habían hablado de “El triunfo de la Presidenta” ni en agosto ni en octubre. Habían tipeado: “Democracia carente de equilibrio” para describir las definitivas de octubre y habían sopapeado a sus gerentes con “una oposición incapaz y vapuleada” en el debut de las PASO. Para ellos, 54% fue un exceso.

Los odiadores seriales que escriben y votan junto a los que detestan por igual pero que sólo usan el teclado para verter veneno en las redes –y digamos de paso con una despreciable ortografía por lo general- emitieron su sufragio obvio. Está clarito. Es de clase, o están hartos, o no quieren –a su decir y saber- ni “negros” con netbooks, ni “sirvientas” que dejen de serlo, o son los VOS colorados que enfrentan a una ELLA construida como la maléfica de la bella durmiente.

Dentro de este montón humano, está el subgrupo que la abomina porque –nadie lo ha descripto mejor que Juan Carlos Volnovich en aquella genial nota titulada “La Presidenta sexy” - es “mujer a su manera, sin atenuantes que ejerce el poder también sin atenuantes. Mujer sexy en el máximo poder de la estructura de la Nación (…) despierta un plus de odio. Se vuelve insoportable. De modo tal que esa ira visceral no se explica sólo como reacción a una política equivocada. (…) Ejerce el poder Supremo de la Nación y no elude, no seduce, no apela a las ´malas artes´ femeninas, no se refugia detrás de varones poderosos y, para colmo, levanta el dedo como Lenin. (…) De modo tal que no son los enemigos lo que cuentan. Pero esa ira irracional que le hace perder la compostura a la gente ´bien´, ese exceso de indignación, ese ´no me la banco´, ´no la soporto´, ´la detesto´, viene de otra ´parte. Ese plus de odio habita en aquellos que se sienten agraviados, testigos involuntarios de valores mancillados. Son las consecuencias, inevitables, de una estructura patriarcal resentida en sus cimientos cuando una mujer sexy, no madre, no puta, no macho, nada tonta, se ubica en una pirámide jerárquica”.

En la esquina opuesta, básicamente porque no odian, sino que sufren, están otros. Los que pese a todo lo hecho la siguen pasando mal, pero mal, mal, y quizás hayan querido decir en voz más alta que se les está acabando la paciencia, que la suba de precios les pega fuerte y ellos creen -con franqueza- que lo que valen los alimentos depende directa y únicamente de un gobierno. Da rabia no haber llegado. Merece autocrítica la demora. Y es obligación ética preguntarse por qué ellos no han sido favorecidos más y mejor. Votaron por castigo, por advertencia, como alarido que busca llamar la atención. Atendible, comprensible. Bajar la cabeza, aceptar, hacer y remediar rápido.

Con velocidad de alguien en apuros y sin meditar, se le puede echar la culpa a la propaladora mediática y quedarse en ese mismo instante seco, hueco. Que están, claro que sí. A toda máquina. Con el vocero que se excede en ego, acusación y adjetivo (y ahora con productor procesado por chorro) en consonancia absoluta y perfecta con los que ponen la carita en las listas. Pero no vale quedarse sólo ahí. Debe uno preguntarse por qué el propagandismo de la mala onda encontró la hendija, se coló y construyó el imaginario colectivo ante el cual la realidad, los números, los datos duros y las políticas no pudieron.

Pero el amasijo, el revoltijo, el entrevero, el mazacote no está ni en el primero ni el segundo de estos sectores que aquí con mucha velocidad y, seguro, sin demasiado detalle han sido descriptos. Está en ese núcleo siempre difícil de la Argentina conformado por:

• El que es básicamente antiperonista pero a quien Menem o Massa no le molestan.
• El que en su vida compró dólares pero no puede evitar que lo crispe la limitación a la compra indiscriminada de verdes.
• El que no lee y se informa más por las emoticias del comunicador estrella de las denuncias que quedan en nada y por la reiteración de los crímenes que conforman un loop televisivo de sangre y tiros.
• El que tiene para irse a esquiar, a pasear fuera de su ciudad los fines de semana largos, las vacaciones y los feriados puente y piensa que eso ha sido obtenido sólo por mérito propio, sin siquiera interrogarse acerca de cómo ese mismo talento que los acompaña desde que nacieron les funciona ahora pero en los años noventa los llevó al fondo del más desamparado de los océanos sociales.
• El que quiere que el Estado se vaya al rincón en penitencia pero no duda en pedir intervención para bajar los precios.
• El que sale de las moles de tiendas carísimas que aquí llamamos shopping cargado de bolsas y ni se acuerda de lo que había en sus manos en los años del cambio del último siglo.
• El que alquila casa o auto para trabajar pero que se desvela por el precio internacional de la soja.
• El que acusa de nacionalismo con Z a la celebración de la vuelta a casa de la Fragata, pero que se pone de pie con el cuero erizado cuando la tarjeta multinacional VISA sponsorea con celeste y blanco a los Pumas.
• El que es incapaz de establecer la vinculación precisa entre que eso que mete en el Congreso no es Ejecutivo pero que es la llave para que él entre o vuelva a quedarse colgado del pincel. Menem (se) lo hizo. Podrían recordar.

Pero todos ellos son uno: son el que vota suplentes sin tener la más mínima idea de cómo se llaman y a qué juegan los titulares.
Y el problema es que los dueños de la pelota encontraron la cuña: ellos –e insisto en que muchos no supieron oír- no querían un pibe PRO porque a ese le tenían que armar el plan, dar las órdenes pero también construirle estructura. Buscaban un peronista. Alguno a quien el triunfo se le volviera almíbar y permitiese que se le pegoteasen todos los que anduvieran cerca.

Lo dije en su momento. No por brillante ni por anticipatoria. Sencillamente porque estaba escrito en textos que no pueden leerse como notas aisladas sino con la continuidad que dan los intelectuales orgánicos de esta nueva derecha que conoce de pe a… pe al peronismo que el poder real necesita. Y me cito:

“Lejos de ser todas éstas notas aisladas de un librepensador, su último texto cierra el círculo: a la operación de cercar al kirchnerismo, de señalarlo como Montonero, de intentar quitarle el ropaje y hasta la idiosincrasia peronista, le agregan ahora la puntada final, que no es otra que colocarlos en el lugar de los herejes. Discurso de derecha no barbárico sino escondido en la hojarasca de la caridad cristiana, en ese bla bla tan ONG de los años noventa de la solidaridad confundida con beneficencia, tan similar al verso de la Tercera Vía de los Tony Blair, que se jactaban de un capitalismo humanizado mientras se cargaban a medio millón de niños en Irak, tan de disfraz de progre… tan papista. (…)

Necesitan el aglutinador, precisan de un candidato, les urge la figura. Intentaron con Mauricio. Probaron con Binner. Y ahora llevan a Massa. Candidatos a la Ottinger”.

Kirchner dijo en una oportunidad “somos peronistas, pero nos llaman Kirchneristas para bajarnos el precio. Porque están jugando al 2015, no a las legislativas. Necesitan esmerilar, cansar, agobiar, marear, oprimir. Ahogar. Como en la imagen de la serpiente que abre sus fauces de un modo tan perfecto que se traga todo. Y que incluso hasta oculta ese comportamiento a veces tan, pero tan adolescente del electorado local. Ese proceder que se ha hecho hábito y que me permito describir con toda la incorrección política de la que pueda ser capaz.

Me refiero a la conducta que nos, los, les –no es lo que importa- hace votar legisladores cual chico de 14 en día de hormonas autosuficientes. “Soy independiente, maduro, adulto y hago lo que me antoja. A mí nadie me va a mandar. Yo elijo lo que se me canta, para algo ya estoy cursando la escuela secundaria”. Pero que a días de las presidenciales les agarra el susto infantil de que papi y mami no estén, no les den el dinero para salir con amigos, no les enseñen a manejar un auto familiar que, saben, algún día podrán usar y que mientras tanto no los busquen a la salida de un baile lejos de casita. Ahí sí. Ahí votito temeroso. Votito cuidadoso. Votito no me dejes. Votito de niñito que pide protección.

Y es allí donde los titulares, los dueños, los DT, los poseedores de la pelota, los que ponen los tiempos, las reglas y la copa del partido meten la cuña. Con gerentes, candidatitos y propaladores. Ahí cortan. Ahí tajean. Ahí le hacen piquete al razonamiento que puede establecer la tremendamente democrática y republicana relación entre un bloque parlamentario firme y un Poder Ejecutivo.

Porque en esa página web que a las 18 y un minuto los ansiosos y los periodistas clavamos nuestros ojos había una esquinita azul para hacerle click e ingresar a un simulador de bancas. 39 hombrecitos y mujeres celestes corrían con ventaja. El Frente para la Victoria seguía teniendo mayoría y de ahí para abajo otros hombrecitos y mujeres rojos, amarillos, verdes, ocres y grises lograban conformar bloques pequeños y hasta unipersonales.

En ese imaginario elaborado por los titulares, los dueños, los DT, los poseedores de la pelota, los que ponen los tiempos, las reglas y la copa del partido flamea la banderita mentirosa del “Únanse” demandado por esa supuesta gente presentada como sujeto superador de cualquier otro de la democracia.

Y entonces, uno imagina, a esas decenas de hombrecitos no celestes. A esos rojos, amarillos, verdes, ocres y grises reuniéndose, tramando, impidiendo votar… pero juntos. Todos ellos juntos contra los otros hombrecitos y mujercitas celestes del simulador de bancas, pero ante todo contra la jefa de esos bloques heterogéneos pero con dirección precisa.

Y los ve a los rojos, y a los amarillos, y a los ocres, y a los verdes, y a los grises… todos juntos… bien pegados. Y quizás hasta sean más. Y probablemente voten. Y seguramente ganen.

Y ojalá… ojalá no sea tarde. Para los que votaron suplentes sin siquiera saber quiénes eran los titulares.

1 comentario:

  1. Ha sido un gran adelanto para los vampiros. O los chupasangre, que permanentemente nos están persiguiendo y vigilando, para ver que les vamos a dar. Como si fuesen dueños de la vida, y les debemos obediencia.
    Sólo existe un Dios creador, Jesus hijo y Espíritu Santo, fuerza activa del Señor.
    A él sí le debemos la existencia, entonces quién es ese otro que quiere reemplazarlo?.
    Hay que despertar porque están en la mano de un engañador, que sólo quiere para sí, y apenas les dá migallas que caen en él piso.
    Más adelante esos eros se pagan muy caro, y sobre todo deja a las futuras generaciones sin posibilidad de recuperarse.
    Claro que para Dios no hay nada imposíble, sino no estaría vivo, porque el totalitarismo es así, quién no piensa como él, lo mata.
    Viene gente a decirme, que así no se puede vivir.Que acabó la democrácia.
    Sin democrácia, Jesus no podería haber sido crucificado, y nuestros pecados no hubiesen sidos perdonados.
    Porque somos inperfectos, ahora el peor de los errores es creerse y hacer creer que lo son.
    (Heeee, parece un discurso político ....)"El puerco"

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